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Fizzy Soup desvela a Cuenca ‘Lo que no se ve’

El grupo indie-folk presentaba este sábado su nuevo disco en la Sala Directo

Leire García / Alex Basha

Después de su triunfo en el Teatro Auditorio de Cuenca unos meses atrás y una gira por gran parte de la geografía española a sus espaldas, Fizzy Soup regresa a su lugar de origen para presentar su nuevo álbum, acompañados de un público entregado.

A las 22:00 del sábado las bandas ultiman los detalles en la prueba de sonido y un cordón rojo separa la Sala Directo del bullicio de La Ronería. En la entrada, un cartel luminoso anuncia el nombre de los dos grupos y Javi Corroto, de los Fizzy Soup, se asoma ansioso por la ventanilla de la puerta del local. Una pandilla se acerca a preguntar por las entradas y alguien asegura que un buen número se compraron anticipadas. Se retira la cinta, desaparecen los músicos del escenario y varias personas se acercan a curiosear el merchandising mientras suena Grandma’s Hands de Bill Withers.

Panic Relief en Cuenca
Panic Relief en la Sala Directo de Cuenca.

Casi media hora de espera sirve al público para pedir en la barra y saludar a los que van llegando. Unos minutos antes de las 23:00 empiezan a escucharse las primeras notas de Panic Relief. Con un sonido que recuerda a bandas como Radiohead, el grupo de rock-psicodélico cautiva pronto con su estilo. Un ukelele distorsionado llama la atención del público junto a los cambios intermitentes de bajo a contrabajo. Durante una hora tiene lugar una enérgica audición, un juego de luces muy cuidado que dibuja sombras y figuras en la sala y una puesta en escena soberbia a la par que humilde. La guitarra sigue resonando con las últimas notas mientras sus oyentes claman el bis. La banda prometía no hablar demasiado y dar paso a los Fizzy; finaliza y deja un perfecto escenario para dar comienzo a las historias de Lo que no se ve, en forma de canciones.

Panic Relief
Panic Relief en la Sala Directo de Cuenca.

El grupo anterior recoge sus instrumentos y en los altavoces de la sala vuelven a sonar otros cuantos clásicos. La espera se hace larga y cada vez llega más gente, que se agolpa en las primeras filas. Unos minutos después, los Fizzy Soup aparecen en el escenario y The Big Black Wolf inunda el local; el público vuelve a animarse con los acordes de Javi Corroto y su Gibson SG, al ritmo de la percusión de Sonia García y las voces de ambos. También les acompañan el habitual Eduardo Martínez a la batería y el nuevo fichaje del grupo, el bajista Javier Rostra. El conjunto se funde con los colores del escenario, el humo, un público entregado y temas del nuevo álbum como DiverThe Deepest Gravity.

Fizzy Soup

Fizzy Soup
Fizzy Soup en la Sala Directo de Cuenca.

Unos minutos de descanso y Sonia aprovecha para explicar el último trabajo. “Es un viaje hecho para las personas que buscan huir de algo”, cuenta. También nos habla del merchandising que han traído: una maleta y una caja en la entrada contienen unos discos hechos con mucha minuciosidad y “una tinta especial que los dota de magia y los hace únicos”. Bromas y mucha confianza que dejan entrever una relación estrecha con los oyentes. Los Fizzy vuelven al ataque, y la sala a cantar y bailar con todavía más afán. Historias PosiblesBlow Up y Fin de la Montaña coronan el estreno del último proyecto musical en la ciudad de las Casas Colgadas y el guitarrista invita al público a dejar su bebida, alzar los dos brazos y tocar palmas al ritmo de No Prayers, que pone la guinda final al show. El espectáculo termina, los músicos se retiran celebrando las reacciones y el resultado confirma lo esperado: todo un éxito que deja a un público con ganas de volver a ver ‘lo que no se ve’.

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